Hoy es Domingo Santo, y después de la crucifixión de Jesús, hoy celebramos su resurrección. Más allá de su interpretación literal, se encierra un profundo simbolismo esotérico y espiritual. En muchas tradiciones místicas, el acto de morir en la cruz representa la trascendencia del ego, el sacrificio del yo inferior para dar paso al despertar de la conciencia divina. Jesús, como arquetipo del iniciado, atraviesa un proceso de muerte y resurrección que refleja el camino interior hacia la iluminación, donde el alma se libera de las ataduras materiales para reunirse con su esencia eterna. Rudolf Steiner, filósofo y místico austríaco, afirmó que “el Misterio del Gólgota es el evento central de la evolución humana”, sugiriendo que su verdadero significado está más allá de la historia superficial. Sin embargo, esta narrativa sagrada también ha sido utilizada a lo largo de los siglos como una poderosa herramienta de control. Al centrarse en el sufrimiento, el castigo y la culpa, la crucifixión...
De la oscuridad a la luz masónica. De los Masones Hispanos de Canada, en Quebec.