En las enseñanzas del filósofo esotérico Gurdjieff se nos invita a establecer un contacto consciente con nuestro cuerpo físico. Este ejercicio, lejos de ser una novedad, proviene de antiguas escuelas iniciáticas de Rusia, Turquía, Irak y Armenia, particularmente del sufismo islámico, tradición que guarda muchas similitudes con la Masonería. A diferencia de muchas religiones que ven al cuerpo como algo inferior frente al espíritu, estas corrientes lo conciben como un puente hacia la conciencia superior. En el esoterismo cristiano también hallamos la misma idea: el cuerpo como instrumento de conexión con el espíritu. La Biblia nos recuerda: "¿Acaso no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en vosotros y que habéis recibido de parte de Dios?" (1 Corintios 6:19). Cristo, como hombre de carne y hueso, llamó Padre (Abba) a ese nivel superior de conciencia al que aspiramos acceder. Los masones lo llamamos Gran Arquitecto del Universo; otras escuelas lo de...
De la oscuridad a la luz masónica. De los Masones Hispanos de Canada, en Quebec.