La regla de 24 pulgadas representa las horas del día, agrupadas en franjas de 8. Cada una de estas tres franjas o intervalos de 8 horas tiene su correspondencia con el supuesto ordenamiento horario de la vida del masón: 8 horas dedicadas al trabajo, 8 a la familia y 8 al descanso entendido como el sueño.
Hemos de mencionar varias cosas en este punto. En primer lugar la división de la jornada del masón es tripartita, con todo el simbolismo que el número 3 lleva asociado. De esta forma se busca conciliar a dos opuestos, trabajo y ocio, con el reparador descanso que simbólicamente todo lo cura. El tres estaría presente en nuestras vidas simbólicamente a través de esta división, facilitada por las agrupaciones de 8. La regla nos proporciona visualmente este planteamiento simbolizando el orden que debe reinar en el día del masón para crear una jornada equilibrada y así feliz.
La regla, una vez desplegada y armada correctamente, se convierte en un instrumento solido, recto y horizontal, que simboliza de manera lineal el tiempo. No obstante con este instrumento no se pierde la idea cíclica del ritual ya que aunque la regla sea rectilínea, tiene un principio y un final; tras cada día viene uno nuevo y tras cada pulgada número 24 de la regla hay que volver a la número 1. Es una concepción del tiempo, creo, muy perfecta, que combina dos elementos a primera vista diferentes como son la idea del eterno retorno y la linealidad. De nuevo la regla actúa como principio conciliador de realidades aparentemente opuestas.
Por otro lado la regla, a su vez, es un instrumento de medida de longitudes. Simbólicamente nos ayuda a medir nuestros actos, palabras y pensamientos, sin pasarnos de la prudencia y la ética. Los masones debemos poner atención a nuestras reflexiones y gestos; deben ser proporcionados y estar medidos. En esto nos puede ayudar la regla. Parte de su simbolismo es la intención de medir, de comprobar, de asegurarse de que una cosa tiene la medida simbólica correcta y por lo tanto es útil. De esta forma, la regla es la verificación, nuestro instrumento de confirmación o rectificación. Con ella podemos medir las actuaciones que llevamos a cabo a lo largo de las 24 horas del día en un ciclo lineal inmerso en un retorno.
Como elemento usado muchas veces en su horizontal nos transmite las idea del la progresión lineal a muchos niveles. Por ejemplo, nos transmite la idea del progreso en la escala de grados de la masonería, que aunque jerárquica y vertical, debemos pensarlo como un recorrido temporal horizontal que conecta de igual forma y al mismo nivel el grado de Aprendiz con el grado de Maestro. En este caso lo que aparenta vertical puede verse también horizontal atendiendo al paso del tiempo, la gradación de las pulgadas y la acotación de los extremos a la misma altura.
Fuente: Biblioteca de Colorado Ruiz, QDLGLC)
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